Se inicia, con la manipulación genética para obtener un toro con mucho peso y poca fuerza, separación temprana de la madre, marcado con hierros candentes y chapas clavadas en las orejas.
Además, se le inmoviliza en una jaula reducida, para afeitarle los cuernos con una navaja que le corta los nervios, provocándole dolor y pérdida del sentido de orientación, lo que ayuda al torero a acercarse sin peligro.
24 Horas antes de entrar al espectáculo sádico, es sometido a un encierro a oscuras para que al entrar al ruedo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando sobre las barreras.
Esto produce la imagen en el público de que el toro es feroz, pero su condición natural es huir NO atacar. Con el fin que llegue débil al ruedo y en completo desorden, le cuelgan sacos de arena en el cuello durante horas para debilitarlo, le administran tranquilizantes, laxantes, palizas, golpes en los testículos y riñones, le obstruyen con algodón, las vías nasales, le untan grasa en los ojos para dificultar su visión y le rocían las patas previamente cortadas, con amoníaco, para que el dolor lo paralice.
La insensibilidad humana ante el dolor de un ser vivo, no termina aquí, sino que sigue durante la corrida, porque la farsa de mostrar valentía frente a un “toro bravo”, es manipulada, cuando este ha sido maltratado, desnutrido, martirizado y torturado, para debilitarlo, antes de salir al ruedo y estando allí, continua la crueldad cuando el picador desangra a esta criatura inocente, clavándole en el lomo, una lanza que le destroza músculos, vasos sanguíneos y nervios del cuello. Para deleitar a un público, sediento de sangre se le clavan en el mismo sitio, las banderillas con ganchos y arpones con el fin de que la hemorragia interna siga y para que no levante la cabeza de manera normal, le atraviesan, otra banderilla lesionando la espina dorsal, garantizándole al torero, a un ser exhausto, confundido y debilitado, que no implique peligro, para que éste, pueda acercarse y demostrar su falsa bravura frente a un toro moribundo. Y la crueldad sigue cuando el público enardecido pide ver más sangre y es entonces cuando este ser vivo, es atravesado con una espada de 80 cms de longitud, que destroza el hígado y los pulmones y en algunos casos si toca la arteria, este muere ahogado en su propia sangre, pero si aún agoniza, lo apuñalan en la nuca con otra larga espada de 10 cms. Y la tortura continua cuando lo 'rematan' con la puntilla de 10 cms que le secciona la médula espinal, paralizándole, los músculos respiratorios, y es entonces cuando se ven las terribles convulsiones por la desesperación de estarse ahogando en su propia sangre, que le sale a borbotones, por el hocico y la nariz. Después que le destrozan las vértebras, el toro pierde control sobre su cuerpo desde el cuello hacia atrás, sin embargo, hacia arriba de su cabeza se mantiene intacto, por lo que su terror continua, cuando llega la mutilación, cuando le cortan las orejas y el rabo, y estando aún conciente, es arrastrado fuera del ruedo, donde es descuartizado, muchas veces vivo No solo los toros viven el horror y violencia de la diversión humana, sino los caballos que actúan en estas corridas .Estos sufren fracturas múltiples y luego de 3 ó 4 corridas, mueren. Así mismo, se les coloca un peto simulando que se les protege, pero en realidad lo que se esconde al público, son las heridas que con frecuencia presentan, exposición de vísceras. Sobre la base de la crueldad humana a que son expuestos estas criaturas de Dios, con el objeto de divertir, tenemos que señalar que la supuesta figura prefabricada del torero valiente, es una FARZA y FRAUDE y lo que es genuino, es le dolor de un ser frente a un SÁDICO, ASESINO, CRUEL, COBARDE, VANIDOSO Y CODICIOSO DE DINERO, que además de ultrajar al animal vivo cortándole las orejas y el rabo, de manera obscena, lo festeja como si fueran trofeos. De igual manera, esta imagen se refleja en los toros coleados, que además de representar la lucha desigual de dos hombres adultos, montados en caballos adultos, contra el bebé de la res, implica maltrato y crueldad, pues se elige al más débil e indefenso de los animales, para provocarle dolor. El hecho de elegir al más inocente, para que no pueda oponerse, representa otro espectáculo COBARDE de aquellos que pretenden mostrar una supuesta valentía, frente a un indefenso bebé; expuesto a la burla y humillación de espectadores, que aplauden y ríen, mientras son lastimados con múltiples fracturas en las patas y cola .Finalmente, es sacrificado y comido, por todos aquellos que disfrutaron de su dolor sin compasión, , mientras estuvo vivo. Dónde queda la palabra de Dios cuando nos dijo: “No derraméis sangre inocente"; Sed rectos, amad la misericordia y haced justicia, y vuestros días perdurarán largamente en la tierra que habitéis“. Evangelio de los doce 33:8.
Sólo para los actores humanos hay representación, porque este ‘juego cruel’ significa para el animal la pérdida de lo único que tiene y quiere: su propia vida. No sólo la compasión y misericordia están ausente, sino también la ética que deriva del uso de la razón humana, instrumento útil para deducir que el dolor provocado voluntariamente es un mal moral, porque hay un acto específicamente provocado para causarlo. ¿Por qué el hombre, lucha al lado de seres débiles inocentes, para reafirmar una supuesta fuerza, dañando a quien no puede defenderse? ¿Escogerían a alguien más débil que ustedes, para dañarlo, sabiendo que no podrá reclamar su dolor? ¿Qué posición tiene la iglesia ante la injusticia con estas criaturas, cuando rechaza tantas formas de opresión y abuso a los humanos? ¿Predominarán esos valores de justicia frente a los actos humanos contrarios al derecho y respeto de todos seres vivientes? En las santas escrituras, Jesús enseñó a no abusar de los más indefensos para obtener un lucro, cuando dijo: "¿Qué pensarías si alguien más fuerte o más astuto que tú te atrapara y encadenara a ti, o a tu mujer o a tus hijos, y te arrojara en prisión para venderte en su propio provecho y para ganarse con ello su sustento? "¿No son estas criaturas tu prójimo, sólo que más débiles que tú? ¿Y no cuida el mismo Dios, Padre y Madre, de ellos, lo mismo que de ti?
"...Deja en libertad a estos tus pequeños hermanos y hermanas y procura no hacer tal cosa nunca más, sino gana honradamente tu pan”. Evangelio de los doce 41: 3: 4...".
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